No teníamos bastante y parió la abuela, es decir, parió Esperanza, y parió en este caso una huelga, la huelga que llevaban reclamando con ahínco desde el PP, el nuevo Partido Proletario, la huelga que demostrara de una vez por todas el hartazgo de la ciudadanía, perdón, del trabajador…¿será que no todos los ciudadanos son iguales?. El hartazgo ante la crisis, el gobierno, Zapatero, el PSOE, los sindicatos, que vaya obsesión mas insana tienen con quien defiende los derechos de los trabajadores…¿será que quieren adjudicarse ellos solitos las credenciales de la defensa del íbero oprimido por el socialismo, quise decir del obrero oprimido por el capitalismo. El mundo mas al revés que un golpe ganador de Nadal.
Hete aquí que la lideresa, mas en su papel de lideresa que nunca, ha logrado por fin sacar a la calle al trabajador, en una de esas huelgas como deben ser las huelgas, a opinión de este humilde opinador, a saber, sin tregua, a por todas, sacando pecho y diciendo ¡Aquí estamos y no nos moverán!
La lideresa, en una “sutil” maniobra digna de aquel Ministerio de la Información de infame recuerdo, saltándose las leyes, los acuerdos de empresa, y hasta el presidente y demás cargos, interviene en una empresa pública, y a golpe de decretazo, recorta el salario a los trabajadores del Metro de Madrid, eso si, la culpa la tiene el recorte aprobado por el gobierno para los funcionarios.
Los trabajadores del Metro dan palmas con las orejas, ¡EH!! Que somos funcionarios!, cuando no tan de repente caen en la cuenta de que NO son funcionarios y de que les están timando por el viejo método español de poner los cojones sobre la mesa que aquí mando yo y se hace lo que yo digo.
Para rematar la faena, se les presentan unos servicios "mínimos" del 50%, donde a ciertos puestos se les niega el derecho constitucional a huelga.
Ahora pueden hacer dos cosas, reclamar judicialmente y esperar dos años a que les den la razón como las ultimas veces, y es que la justicia sigue siendo lenta, o decir hasta aquí hemos llegado, y como aquel trabajador que consiguió un despido improcedente por llamar hijoputa al jefe, por aquello de no te pago estas comisiones ni estas dietas que te corresponden porque es mi empresa y hago lo que me sale de los cojones (que grande Cela), se hartan, la lían y deciden hacer la revolución por su cuenta.
El resultado, ya lo saben en Madrid, atascos, autobuses colapsados, histerismo colectivo…¡¡Que no llego al curro!!...Telemadrid calificando de salvaje la huelga…de Telemadrid hablo otro día o varios…
Bien es cierto que incumplen la legalidad, bien es cierto que en la CCAA de Madrid hace mucho que la incumplen en muchos aspectos, también es cierto que le hacen la puñeta a la mitad de la ciudad, al igual que por mucho que nos empeñemos las huelgas son así, deben molestar, alterar el normal desarrollo de una región o sector, o no sirven absolutamente para nada.
La tan alterada ciudadanía, debe colaborar, si no apoyando a las barbas del vecino, al menos reclamando a Metro de Madrid, tanto los importes de los billetes que no han podido utilizar, así como los males económicos que les hayan podido causar. Siempre es mas facil la pataleta, repetir como loros las consignas, pensar egoistamente, quejarnos como gallinas borregueras, correr correr correr, empujar, encarar, correr, correr, correr siempre con prisas, siempre avasallando, YO tengo mas prisa que nadie, YO soy el importante, YO YO YO y YO, y si no...nos enfadamos!!!
Dejamos para otro día el como hacemos huelga en España, nuestra solidaridad mientras no nos molesten, como no solemos defender nuestros derechos y como si atacamos a quien los defiende
